Hoy me puse a pensar la importancia que no le damos a la vida, cuando ésta sin querer nos quita cosas, pensamos que es injusta y olvidamos que sin ella no seríamos quienes somos. Todos estamos llenos de momentos felices y nos sentimos morir cuando algo se termina.
La felicidad llega en cualquier momento, todo en el mundo se termina, hasta lo más hermoso, hasta lo más molesto y doloroso.
Acá nosotros pensamos que estar solos es el fin de la vida y no nos damos cuenta que a veces la soledad nos ayuda a encontrar respuestas que no estaban…
El amor tiene un millón de vueltas, a veces nos sorprende y nos da felicidad y a veces se transforma en lo peor que hay.
Hola Carlita. Primer comentario que escribo en tu blog. Muy bonito lo que dices en tu post.
ResponderEliminarLa vida es una y hay que vivirla a plenitud y no detenernos en pequeñeces. Y siempre con buena actitud y disfrutando de las cosas simples de la vida y de aquellos momentos felices.
Te mando un beso grande.
LUCHO
Vaya! me gusta ese pensamiento. Ese del último párrafo. Viví solo por muchos años (es decir de vivir solo en un departamento sin nadie más) y me gustaba mucho estar así. Ahora tengo una esposa y dos hijos a quienes amo mucho... pero, pero a veces extraño y pido sólo un día, sólo un día en soledad para mi... y es difícil.
ResponderEliminarHace muchos años decidí ser feliz y creo que cambié mi vida de un día para otro y ahora me rio de mis problemas. Saludos.
je je gracias
ResponderEliminar